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Tecnologia

Montados sobre 75 "caballos" austriacos

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Foto:

Revista Don Juan
Recorrimos la isla de Gran Canaria (España) montados en la nueva KTM 690 Duke. Su tímida personalidad nada tiene que ver con el monstruo que lleva adentro. Más potencia, tecnología y menos peso, la clave.
Las más de cinco horas que pasamos montados sobre la nueva KTM 690 Duke recorriendo algo más de 400 kilómetros entre rocosas montañas, interminables rectas y espectaculares autopistas de la isla de Gran Canaria, en España, fueron suficientes para poner a prueba una a una las novedosas características que la marca austriaca incorporó a esta nueva motocicleta. Su quinta generación. Era domingo, y debo decir que el primer contacto visual con la 690 Duke en este archipiélago del océano Atlántico fue impactante, pero no sorpresivo. Si bien es cierto, este modelo incorpora cambios estéticos respecto al modelo que lo precede, conserva intactos los colores emblemáticos de la firma, con los que alcanza una distinción especial en relación con sus competidores. Y es claro que no necesita cambiarlos, pues las cifras de producción y ventas a nivel mundial hablan por sí solas. Ya en la noche tuvimos la conferencia de prensa donde recibimos las novedades de esta 690 Duke y las indicaciones de cómo las íbamos a disfrutar en carretera. Hasta ahí todo perfecto.
En la mañana siguiente, ya con el grupo de pilotos alistábamos el traje para la ocasión: pantalón, chaqueta, botas, guantes y casco. No era la indumentaria más cómoda para una temperatura de 30 grados centígrados, pero sí la más segura y requerida para la prueba. Tocaba estar a la altura del evento que iba a ser exigente, al igual que placentero.
Es una máquina más resuelta sobre el asfalto y con un toque de agresividad que no compromete el equilibrio general de las generaciones anteriores.
(BMW R1200 GS, una moto para verdaderos aventureros)
Ahora, metamos primera y miremos qué pasa.
Bastó solo con sentarnos y abrir el switch para comenzar a disfrutarla, a sentirla. Todos hacíamos lo mismo. KTM se aseguró de que el asiento fuera más cómodo tanto para el piloto como para su acompañante. Es más amplio que antes y ese mayor espacio le permite al conductor moverse sin incomodidades durante el trayecto. Además, su corta distancia con el timón permite mantener el cuerpo erguido en todo momento, lo que evita el cansancio en recorridos largos. En cuanto al tablero de instrumentos todo es nuevo: su sistema de pantalla TFT permite una fácil lectura sin importar si hay un sol que encandila o un clima adverso, y muestra con claridad los tres modos de conducción (Sport, Street y Rain) que se ajustan mediante un mando situado en el manillar izquierdo de fácil manejo.
Es la primera de la gama KTM en incorporar el nuevo display TFT a todo color que proporciona un enorme flujo de información al conductor.
Arranquemos y metamos segunda.
KTM no es solo la firma europea más grande por unidades producidas en los últimos años, sino también la que más triunfos ha cosechado en competiciones. Solo en el 2015 se hizo acreedora a siete títulos mundiales, incluido el Rally Dakar donde ha logrado de forma consecutiva 14 victorias, 13 segundos puestos y 7 terceros. Además de los triunfos alcanzados en la categoría Moto3, lo mismo que algunos campeonatos de Supercross, Enduro y MotoGP.
Lo interesante aquí es que la mayoría de estas victorias se fundamentan en motores que fueron fabricados con un solo cilindro, y la versión más exquisita –denominada LC4–, enfocada a la calle, fue puesta a la orden del día en esta motocicleta que teníamos en nuestras manos.
Continuemos la marcha, un nuevo impulso y metamos tercera.
Si ya 68 caballos extraídos de un monocilíndrico de 690 c. c. parecían una locura, ahora, el nuevo motor LC4 de KTM ofrece 75 caballos de potencia para disfrutarlos a sus anchas.
(La Harley más vendida en Colombia)
Sin duda el LC4 es el nervio de esta “bestia” –no encontré otro término para describir la verdadera potencia y velocidad que alcanzamos en esta moto–. Alcanza nada más ni nada menos que una potencia de 75 caballos, algo fascinante en un motor con un solo cilindro. Y con esto, KTM también logró algo increíble: eliminar las vibraciones que se habían vuelto costumbre. A cortas o altas revoluciones ni los dos espejos tiemblan, no se sienten las cosquillas por ningún lado. Ni siquiera cuando hacemos rugir el tubo de escape, que ahora fue fabricado en titanio, con lo cual se redujo su peso en 2 kg respecto a la generación precedente.
Golpea fuerte el sol y nos obliga a hidratarnos. Aumentamos la velocidad y la máquina nos pide otro cambio: cuarta.
También se ha mejorado la gestión del motor, así como los sistemas de escape y admisión perfectamente conectados con el acelerador Ride by Wire.
Dentro del recorrido por la isla –la misma de donde partió Cristóbal Colón con su flotilla rumbo a América por allí 1490, en época conquistadora– hubo momentos en los que la caravana sobrepasó los 170 kilómetros por hora y otros en los que las cerradas curvas de las volcánicas montañas canarias nos exigían pasar de 80 a 10 kph en menos de cinco segundos. Su nuevo acelerador de tipo electrónico previene vacíos o esos corcoveos provocados al arrancar a bajo régimen. Después de más de un centenar de kilómetros en carretera abierta apetecía comprobar de qué era capaz. El plato fuerte llegaría dentro del circuito de Maspalomas, el único escenario de velocidad que existe dentro de Canarias y parada obligada en el recorrido. Allí el cuento fue a otro precio. Por varias horas le sacamos, de forma literal, el “alma” a los 690 centímetros cúbicos y comprobamos por qué KTM es considerado el actual “rey” de la velocidad. Aumenta la adrenalina.
La aguja marca 5.000 revoluciones y metemos quinta.
En conjunto, incluye sistema ABS, control de tracción y regulador de deslizamiento en las reducciones. Los frenos son Brembo con pinzas monoblock.
(Hypermotard, la nueva moto de Ducati)
Parte del éxito de esta nueva 690 Duke se debe también a su bajo peso y sistemas electrónicos heredados de las grandes motos de la marca como la Adventure o la Super Duke R. El chasis multitubular hace que se maneje de una forma predecible y permite mayor maniobrabilidad en las curvas. A pesar de la relativa distancia entre ejes (1,4 metros) es estable y ágil a la vez. A bajas velocidades el comportamiento es perfecto y no requiere mayor esfuerzo ni movimientos exagerados para su conducción. Realmente convence.
El extenso catálogo de sistemas electrónicos le ofrece al conductor una biblia completa en aspectos de seguridad. Su versión más exquisita, la 690 Duke R, llega aún más lejos gracias a la adopción no solo de un sistema de sensibilidad a la inclinación, sino que añade dispositivos de seguridad como el sistema de frenos ABS, MSR y control de tracción, todo a través del increíble sistema de control de Estabilidad de la Moto (MSC), incluyendo todas estas propiedades de serie. A lo lejos ya comenzamos a vislumbrar el aviso de última vuelta que titila con fuerza. Entre los pilotos sabemos que el tiempo se acaba y queremos hacer nuestro mejor tiempo.
Aceleramos a fondo y metemos sexta. ¡A lo que dé!
Rodamos unos minutos más y de vuelta para el punto de partida. La jornada fue extensa, exigente, pero finaliza con un balance sobresaliente, pues comprobamos por qué esta moto es considerada la mejor monocilíndrica jamás antes creada. Sin duda alguna, su motor LC4, su bajo peso y excelentes adecuaciones electrónicas son un alarde de tecnología y prestaciones que llevan el concepto de diversión a otro nivel. En otras palabras, esta moto es un juguete que hace lo que uno quiere. Según las directivas de Auteco, distribuidor exclusivo de KTM en Colombia, el precio de la Duke 690 (en sus dos versiones) no está definido debido a la fluctuación del dólar en el país. Será entonces hasta mayo cuando la firma revele el valor exacto con el que este vehículo se comercialice y ruede en el país.
Si quiere saber más del autor, sígalo en Twitter como @RuizAndress
Lea también: La tecnología de las bicicletas eléctricas
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