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Historias

La perfección de un disparo: el arte del que tira

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No es tan fácil como cobrar un penalti, donde el arquero está solo e indefenso. Para esto se deben superar barreras, tener técnica y mucha confianza. El tiempo se acaba y los que apoyan no aceptan un resultado distinto de la victoria. Hay que ser calculador, detallista, tranquilo y confiar en la práctica. Unos, incluso, prefieren dar unos pasos hacia atrás, analizar la mirada del rival y ver cuál estrategia funcionará mejor, otros simplemente saben que tienen el don para hacerlo y esperan el momento de patear. Lo único claro es que tiene que ser gol.
"Lo primero que hago es mirar al arquero. Veo dónde y cómo se para y allí decido el palo al que quiero pegarle. No siempre hay que tratar de darle de la misma manera, hay que intentar despistar al rival para que no sepa lo que quiero hacer", afirma el argentino Rodrigo Marangoni, el mejor cobrador de tiros libres del fútbol profesional colombiano en la actualidad. La rutina que utiliza el jugador del Deportes Tolima, de 32 años, para pegarle a un tiro libre es similar a la que usó para conquistar a su esposa, Viviana, con la que lleva seis años de casado y tiene dos hijos, Thiago y Ornella.
"Yo sabía que había algo, pero fue con una mirada que me di cuenta de que le gustaba". Al igual que cuando se prepara para cobrar un tiro libre, Marangoni retrocedió, esperó donde estaba la barrera y el guardameta y, confiado en su técnica, decidió colgarla de un ángulo.
No hay duda, en el fútbol la acción más parecida a la conquista de una mujer es el tiro libre.
Por eso mismo los estilos son distintos. Unos prefieren ir directo y con fuerza, otros son calculadores y confían en su técnica. También están los minuciosos, los que, en algunos casos, piden la ayuda de un compañero para hacer jugadas de laboratorio y distraer al contrincante. Los grandes expertos en la materia coinciden en que es un don con el que se nace, aunque advierten que la práctica también puede hacer al maestro.
Pelé, Rivelino, Nelinho, Zico, Diego Maradona, Zinedine Zidane, Michel Platini, Sinisa Mihalovic, Roberto Baggio, Teófilo Cubillas y José Luis Chilavert, entre otros, son nombres sagrados en el arte del tiro libre. En los últimos años, nombres como los de los brasileños Roberto Carlos, el portero Rogerio Ceni, Juninho Pernambucano y Ronaldinho; los argentinos Juan Román Riquelme y Juan Sebastián Verón; el portugués Cristiano Ronaldo; los  ingleses David Beckham y Steven Gerrard, los italianos Andrea Pirlo y Alessandro Del Piero, el peruano Norberto Solano y el holandés Wesley Sneijder se han hecho famosos por su poderosa, precisa y exquisita pegada. Sus goles siguen imborrables en la memoria de los fanáticos. Son especialistas.
El chileno Jorge Orlando Aravena ha sido uno de los mejores cobradores de tiros libres que ha venido a Colombia. "El Mortero", apodo con el que se le conoció por su fuerte pegada, llegó al país en 1986 para jugar en el Deportivo Cali, y compartió el medio campo junto con Carlos "El Pibe" Valderrama y Bernardo Redín. Durante sus dos años en el conjunto "azucarero" Aravena marcó 35 goles y casi la mitad de ellos fueron con pelota quieta. "Nací con la virtud de pegarle fuerte al balón, pero fui perfeccionando la técnica con el paso de los años. Me quedaba una hora o un poco más después de los entrenamientos y allí ensayaba tiros a media distancia, incluso, con el balón en movimiento. Practiqué hasta el último día como profesional y afortunadamente fueron varios los goles que anoté de esa manera", afirma "el Mortero" desde Santiago.
Aravena, de 52 años, recuerda que en aquel gran equipo del Cali fue siempre el encargado de cobrar todos los balones detenidos, a pesar de que había otros buenos ejecutantes como Redín y el paraguayo Alfredo "Coco" Mendoza. Destaca, como uno de sus mejores goles con pelota quieta, uno que le hizo a Millonarios en Bogotá, otro en un clásico contra el América, con Pedro Antonio Zape como arquero, y subraya como el "más bonito" uno que marcó con la selección chilena en un partido contra Uruguay, en las eliminatorias para el Mundial de México'86.
Su estilo para conquistar a las mujeres es el mismo que tenía para cobrar tiros libres. "Atacar. Yo voy de frente, nada de laboratorios o algo que se le parezca. Si me gustaba iba y le hablaba, pero una que otra me pegaba en el palo", dice entre risas.
Colombia también ha producido varios especialistas. Según los datos del estadístico Fabio León Naranjo, el jugador local con más goles anotados de esta manera en el rentado nacional es el centrocampista Carlos Rendón, con 50 tantos, ocho más que Arnulfo Valentierra, también volante, y once más que el delantero Iván René Valenciano. En activo, el jugador con más dianas de este tipo es Jerson González, con 34, lista en la que figuran Ricardo Ciciliano (22), Mauricio Molina (20), Milton Rodríguez (18) y en la que ya se asoma el argentino Marangoni (15).
Rendón, jugador que vistió las camisetas de Millonarios, Envigado y Deportivo Pasto, también dice que desde niño se dio cuenta de la habilidad que tenía para pegarle a la pelota, pero lo más curioso fue la forma en la que fue puliendo su técnica. "Cuando era pequeño, en San Juan, mi tierra, practicaba apuntándole a los árboles y los postes de la luz. Aprendí a patear los balones midiendo la fuerza del viento y, después, cuando ya había ingresado a la escuela de fútbol seguí perfeccionando e insistiendo en mejorar mi técnica".
El nariñense, minucioso en cada detalle al momento de impactar la pelota, desmiente que se deba tener alguna característica física especial para ser un experto en cobrar tiros libres: "Esos que dicen que mientras más masa muscular tengas, más potencia tendrás, es pura mentira. Yo le doy más importancia al gesto técnico que a la misma masa muscular. Yo no tenía mucha y le pegaba con potencia. Es el trabajo y las horas que le dediques las que te harán un gran cobrador".
Como en la cancha a la hora de un tiro libre directo, Rendón tampoco cree en la fuerza como método de conquista. "Con las mujeres soy parecido. Soy tímido, prefería conquistar con detalles y esperaba que ellas dieran el primer paso para entablar una conversación". Incluso,  Rendón sí necesitó de una segunda jugada para conocer a Nancy, su esposa. "Todo fue por el fútbol. Hubo un choque entre el colegio donde ella estudiaba contra el colegio donde yo estudiaba y un amigo me la presentó. Después del  partido  caminamos juntos, la acompañé a la casa de ella y ahí empezó todo".
El volante recuerda a Higuita como el arquero más difícil de superar y dice que, gracias a sus consejos, jugadores como John Charria, 'Mao' Molina y Carlos Hidalgo perfeccionaron su estilo. Además, confiesa que su técnica la aprendió de Neto, un brasilero que jugó en Millonarios. "Miraba la distancia que tomaba para pegarle al balón, la forma en que se paraba, esas cositas las fui adecuando a mi estilo y así mejoré".
En 2008, la página oficial de la FIFA en español hizo una encuesta sobre el mejor cobrador de tiros libres del mundo y entre los candidatos a esa distinción aparecían el peruano Solano, ganador en el sondeo, y Riquelme, que finalizó segundo, mientras que figuras como Cristiano Ronaldo, Juninho Pernambucano y el colombiano Rubén Darío Bustos también consiguieron una destacada cantidad de votos.
Cada uno de ellos tiene su propio estilo. Solano y Riquelme prefieren la colocación. Son de los que patean esos tiros libres donde la pelota pasa bombeada,  por encima de las cabezas de los hombres de la barrera. Esta se va abriendo con un efecto en rosca y va buscando el ángulo superior derecho o izquierdo. Ronaldo y el marfileño Dídier Drogba tienen una característica distinta: al momento de golpear el balón la pelota sale haciendo un zigzag a media altura o por encima de la barrera. Por su parte, Pernambucano y Bustos pueden utilizar el estilo de los dos primeros, pero además también pueden darle de tal forma al balón que este, cuando diera la impresión de ir muy por arriba, baja bruscamente justo en el momento de llegar al arco.
"Tengo un estilo propio. Generalmente le pego seco, pero dependiendo de lo que me pida la jugada cambio lo que quiero hacer. Si estoy cerca elijo la colocación, pero si estoy lejos prefiero darle con más fuerza y efecto para que la pelota baje rápido", afirmó el colombiano desde Porto Alegre (Brasil), quien no ocultó su felicidad por haber sido, según el público, uno de los mejores cobradores de tiros libres en el mundo.
"Me enteré de la encuesta por una carta que llegó al Internacional de Porto Alegre. Sentí un gran orgullo por el simple hecho de haber sido nominado junto con otros grandes futbolistas y por haber terminado entre los cinco primeros en la votación. Incluso supe que hubo un acto en Suiza al cual no pude asistir porque estábamos en pleno torneo en Brasil", recordó Bustos.    
El lateral colombiano dice que el mejor cobrador de tiros libres que ha visto es Édison "Gigo" Mafla, compañero suyo en el América de Cali, dice que desde muy chico se dio cuenta de su "don" para pegarle y fue optimizando su habilidad junto con su hermano y también futbolista, Darío Alberto. "Vivía en una casa llena de rejas cuando era pequeño y jugaba a darle a una distinta en cada tiro. Luego mejoré porque casi a diario practicábamos y apostábamos con mi hermano".
Con las mujeres, Bustos -separado desde hace unos meses-,   también analiza las opciones y muchas veces pide ayuda para poder entablar una conversación. "Con las mujeres depende del momento. Unas veces voy directo y otras no me alcanza, soy más bien 'cagado' para eso. Generalmente me las presentan mis amigos", confiesa Bustos.
Bustos marcó dos espectaculares goles en las pasadas eliminatorias del Mundial de Sudáfrica 2010, los que considera como "los más importantes de su carrera", uno contra Venezuela y otro ante Argentina, y también marcó otro par, incluido uno al Boca Juniors en las semifinales, con el Cúcuta Deportivo en la Copa Libertadores de 2007.
Entre los goles más relevantes de tiro libre en la historia del fútbol colombiano también se destacan el que marcó Faustino Asprilla cuando militaba en el Parma y que le quitó un invicto de 58 partidos al Milán, el de René Higuita en las semifinales de la Copa Libertadores de 1995 frente al River Plate y el de Arnulfo Valentierra, en ese entonces en el Once Caldas, contra el Santos de Brasil en la Copa de 2004.
Pegarle seco con el centro del pie, de tres dedos, con el empeine, con el borde interno o extremo, con la punta, meterle el efecto de rosca, en curva descendente o darle de tal manera que el balón salga en zigzag o donde este no gire y caiga justo cuando llegue al arco (folha seca). Estos futbolistas demostraron que cobrar tiros libres es una labor que requiere demasiada dedicación, y un don especial. Sin duda, es más fácil cobrar un penalti y, por qué no, tirarle dardos a una mujer indefensa.
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