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Mundo dj

Polvo de gallo

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Revista Don Juan
El tiempo en el sexo jamás es como la mente lo imagina. Lo que usted vivió como una faena eterna, por ejemplo, pudo haber durado menos de 30 minutos. Pero hay algo innegable: si usted no es capaz de aguantar la eyaculación por un tiempo prudente, usted es un polvo de gallo.
La eyaculación precoz es la dificultad que experimenta un hombre para poder controlar el orgasmo de manera voluntaria, y se vuelve un problema crítico: “Ella siempre me había gustado. Incluso había fantaseado con ella, pero el día en que pudimos tirar, los nervios me ganaron. Me gusta tanto que siempre me pasa lo mismo: he tratado de aguantar, pero la cabeza me gana”, dice un hombre de 28 años que intenta explicar por qué se viene cada vez que intenta tener sexo con su pareja. Este problema es más frecuente de lo que se podría pensar y hay varias razones por las cuales se puede presentar: puede influir en su relación sentimental e incluso, su autestima. “Las causas físicas tienen que ver con el sistema que se encarga de regular los nervios responsables de que la eyaculación sea más acelerada o más controlada”, explica el sexólogo Fernando Rosero. “Las psicológicas, en cambio, pueden ser síntomas que se intensifican al tener una relación sexual; puede ser ansiedad, presión de la pareja o un alto nivel de excitación”.
Sin embargo, no se es mal polvo solo por “venirse” rápido. Hay muchas otras causas que entran en juego: el movimiento, las posiciones, un mal juego previo, la brusquedad y, sobre todo, una falta de comunicación con su pareja, que hace que se presenten detalles indeseados en la intimidad: “Al principio fue moderado, pero después no supe qué hacer”, escribió una mujer que decidió responder a nuestras preguntas en un blog. “Era tan constante que jamás sentía placer con mi pareja; nunca llegué a un orgasmo y tampoco fui muy abierta porque no quería hacerlo sentir mal. Sin embargo, un día le hablé de lo incómoda que me sentía, él acudió al médico y después de eso
todo mejoró”.
Por eso, si le ha pasado, enfréntelo. La eyaculación precoz puede desencadenar problemas como frustración, baja autoestima y rompimientos con su pareja. No es una enfermedad y por eso no es algo que se pueda curar, pero según Rosero hay tratamientos para cada caso que le podrán ayudar a tener una vida satisfactoria y normal. Porque, al fin y al cabo, tirar no tiene sentido si solo es uno de los dos el que llega
al clímax.
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