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Historias

Mapa de putas en Bogotá

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Foto:

Aunque existe una zona de tolerancia en el centro, la oferta de putas en Bogotá no tiene ningún tipo de límites. Por toda la ciudad se extienden burdeles iluminados por el neón, "clubes sociales" que son simples burdeles, moteles y amanecederos con servicios de "whiskería" y miles de locales donde cumplen cualquier deseo para los que prefieren el sexo fuera de casa. No le sorprenda que al lado de su casa o de su oficina funcione alguno de estos sitios. No hay que olvidar que existe el servicio a domicilio y que en muchas otras zonas también hay cabinas de video y bares 'swinger'. Esta es una pequeña guía de Bogotá para que no coleccione más papelitos de "chicas, chicas".
La zona de la Clínica Marly parecía destinada a los servicios médicos, pero hace más de treinta años aparecieron una serie de whiskerías para curar otro tipo de enfermedades. La oferta incluye mujeres, restaurantes, habitaciones, casinos y hasta un salón de belleza erótico.
La 49
Carrera 13 # 49-77
Conocida popularmente como "la fortynine", este es uno de esos burdeles históricos de la ciudad. Para poder quedarse hasta el amanecer hay que ser socio.
Niñas del oeste sin rodeo
Carrera 13 # 48-15
Parece que se redijera a un solo fetiche, pero acá hay chicas y disfraces para todas las fantasías que se le ocurran.
El barrio Santa Fe fue declarado zona roja y, aunque claramente no es el Distrito Rojo de Ámsterdam, sí tiene servicios tan diversos como cualquier centro comercial, pero con prostitutas. Hay mujeres, travestis y gays en todos los rangos de precios y presentaciones, así como santuarios para puteros y curiosos.
La Piscina
Carrera 15 # 23-64
Esta whiskería es uno de los escenarios favoritos del cine colombiano. Tiene un surtido de, al menos, noventa mujeres y es casi un sitio de interés turístico.
El castillo
Calle 23 # 14-19
Este edificio fue declarado patrimonio arquitectónico de Bogotá y se convirtió también en patrimonio sexual de la ciudad.
Paisas club
Carrera 16ª # 23-58
Como su nombre lo indica, lo más granado de Antioquia y el eje cafetero está reunido en un solo lugar.
Para los presupuestos más apretados y las ganas más incontenibles están "las enrejadas", mujeres que no caminan por ahí si no que ofrecen sus servicios detrás de una reja. Acá es muy importante estar prevenido con todas las acepciones posibles del término "sexo seguro".
Después de varios años de litigios con los vecinos, los clubes de la calle 86 se establecieron como una de las opciones más comunes para irse de putas. Hacerse socio es más fácil que afiliarse a una videotienda y le brindan trato preferencial, así como la posibilidad de quedarse hasta el amanecer y reservar a su chica preferida.
Lewinski
Carrera 14 # 85-17
Camuflados en el segundo piso de boutiques y salones de belleza, a lo largo de la Zona Rosa, existen varios locales que se mueven en la delgada línea de la legalidad. Este tiene el sugestivo apellido de la becaria más famosa de la Casa Blanca.
Copacabana
Calle 86ª # 14-20
Acá usted podrá acomodarse como si se tratara de un restaurante de lujo. Con la diferencia de que vino a comer otra cosa.
Sirum night club
Calle 86A # 14-45
Aunque ni los mismos bouncers saben cómo se pronuncia (Sirun, Sáirun, Sirum), adentro brinda uno de los mejores shows del sector.
Alrededor de uno de los burdeles más clásicos de Bogotá (que no se sabe si se llama La Casona o La Casa Blanca) se han tejido muchas leyendas, la más sonada es que su propietaria es una clásica figura de la televisión y que otras figuras más jóvenes de la televisión y el modelaje trabajan o han trabajado en él. Nada se ha podido comprobar, porque para poder entrar hay que pasar por un proceso de selección y recomendación que, más que en un club privado, convierte al sitio en una logia.
Casas antiguas que ya son demasiado grandes para albergar a una familia son el nuevo hogar de una de las zonas de entretenimiento preferidas por los oficinistas bogotanos. Desde la calle 67 hasta la 80, debajo de la Avenida Caracas, se esconden los burdeles que hicieron famosas las expresiones "los tres servicios" o "con todos los juguetes". Algunas direcciones cambian por problemas con los vecinos, pero nombres como Kukilandia sobreviven en ubicaciones diferentes.
OZ 74
Calle 74 # 16-79
En este sitio de striptease popularizaron el espectáculo del "Macho man", en el que un comensal anónimo tiene que subirse a la tarima para satisfacer los deseos de la meretriz más cotizada del local.
Passarella
Calle 75 # 16ª - 17
La doble 's' y la doble 'l' le dan un estatus impredecible a la que parece una inofensiva casa de barrio.
Penthouse club
Calle 76 # 15-34
Al estilo de la famosa revista porno, en este sencillo edificio se pueden ver cosas muuuy buenas.
El Chicó no pudo escapar a la evolución de los barrios bogotanos (que tarde o temprano se llenan de burdeles). Ocultos en mansiones de los años sesenta, en medio de restaurantes lujosos y de edificios de oficinas, están clubes clásicos como el Aiwa (atendido por japoneses, al lado del Parque de la 93), unos más hardcore y otros tan sanos como Aroma y Tanga (donde se puede ver pero no tocar).
Abejita
Calle 98 # 15-14
Este polifacético lugar se trasladó desde la calle 83 al Chicó. Ahora incluye más disfraces, más fetiches y hasta "gambam", que parece ser una transliteración del ganga bang.
Loutron
Carrera 11ª # 98 - 49
Lo que dicen las tarjetas que se entregan en la calle es que aquí hay muy buenas masajistas. Hay que entrar para darse cuenta de que estos masajes son un poco más que relajantes.
Lido
Calle 95 # 14-15
Durante años su nombre ha sido uno de los más recordados de la ciudad, sobre todo para sus vecinos y no precisamente por ser la mejor clientela.
Lancaster
Calle 90 # 14-57
Este sitio pasó de hacer simples shows de striptease a tener dispensado de condones en la entrada. De ahí en adelante, todo puede pasar.
Este es un sector básicamente residencial, por eso es más práctico decir que no tiene putas sino masajistas. En locales anónimos de un pequeño centro comercial se encuentran, probablemente, los mejores masajes eróticos de la ciudad (que se hacen con los senos y pasan por partes del cuerpo más sensibles y excitantes que los hombros). Todo a precios razonables y en horario familiar.
Para convencer a los clientes, el cuento del bouncer esa que después de las tres de la mañana muchas putas se vienen para La Fortaleza a cuadrar la caja que no cuadraron en el Chicó o en La Piscina. Eso no está comprobado, pero sí es seguro que en este "club social y cultural" tiene lugar una rumba que va hasta el amanecer y que, según las necesidades de cada cual, no decepciona a nadie: hay buen striptease, habitaciones limpias, muchos espejos y mujeres que parece que vinieran de los mejores burdeles.
Este es un secreto a voces: en un apacible barrio de estrato 5, con vista a un parque y detrás de un gran centro comercial, se encuentra el burdel Emergencia Médicas que, a pesar de su alarmante nombre, es bastante hogareño y acogedor. La leyenda dice que las prostitutas viven en la casa y que algunas disidentes han montado su propio negocio en otras casas del mismo barrio. Para comprobarlo, lo mejor es darse una vuelta por los rumbeaderos de Cedritos y escuchar atentamente a los que cuidan carros por ahí.
Además de mariachis, entre la 55 y la 63, la Avenida caracas tiene un surtido muy diverso de whiskerías decentes, callejeras no tan decentes y amanecederos clandestinos. Por supuesto, al pertenecer al distrito gay de Bogotá, no es nada raro que ofrezcan sus servicios veteranos travestis o jovencitos que apenas son mayores de edad. Los precios de la zona están al alcance de los bolsillos más vacíos.
Pussy's house
Calle 61 # 13-64
No hace falta hacer una traducción del nombre de esta whiskería para imaginar qué sucede adentro.
La 55
Avenida Caracas # 55-26
A la salida, puede contratar una serenata para su esposa.
Ir a "Cuadra Picha" ya no es un deporte extremo; en realidad, resulta más seguro que ir a la Zona Rosa. Y, por supuesto, acá también hay putas: la mayoría están diseminadas y se hacen ver como tranquilas jovencitas que salieron a tomarse un trago por ahí, pero también hay pequeños burdeles camuflados en las casas y tiendas del barrio o moteles que ofrecen servicios exclusivos y reservados.
Por: Daniel Páez
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Galería de fotos: Mapa de putas de Bogotá
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