En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Historias

A toda velocidad

IMAGEN-16885225-2

IMAGEN-16885225-2

Foto:

En los años cincuenta, los chicos malos comandaban la gran pantalla. Eran los rockstars de la época: los jóvenes querían ser como Marlon Brando, Paul Newman o Cary Grant y fantaseaban con mujeres como Elizabeth Taylor y Marilyn Monroe. James Dean era diferente. Era tímido y su estatura estaba por debajo del promedio de los grandes protagonistas de cine. Pero fue precisamente su apariencia de típico joven norteamericano la que lo hizo llegar a la cima.
Comenzó en la actuación muy joven con cortas apariciones teatrales en Broadway, pero saltó a la fama en 1955 cuando protagonizó East of Eden personaje con el que fue nominado a un Óscar. Y ahí no paró: al año siguiente se convirtió en uno de los grandes de Hollywood y aparecía en público junto con Elizabeth Taylor mientras se rodaban Giant yRebel Without a Cause. Fue gracias a esta última película, en la que compartió set con Rock Hudson, que se convirtió en el ícono cultural que popularizó las chaquetas de cuero y las motocicletas de alto cilindraje.
No era una casualidad: Dean era un fanático de los motores. A los 15 años ya andaba en una Indian CZ de 125 c.c. con la que recorrió todo Indiana, y después de ver el estilo de Marlon Brando en The Wild One decidió comprar una moto igual a la que manejaba el protagonista: la Triumph TR5 Trophy. Además, fiel a sus papeles, a Dean le gustaban la velocidad y la adrenalina: durante el rodaje de Rebel Without a Cause compró un Porsche Spyder 550 al que llamaba “Little Bastard”, un vehículo en el que se obsesionó con las escenas peligrosas y las competencias.
Precisamente, iba en su Porsche hacia una carrera en la costa de California cuando, el 30 de septiembre de 1955, murió en un accidente: muchos de sus amigos actores dijeron que unos días antes, Dean se había encargado de visitarlos, uno por uno, como si presintiera el evento. Tenía 24 años e iba a toda velocidad.
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO