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Historias

Pablo Mazuera, el hombre que creyó en Egan Bernal

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Foto:

Cuando Pablo Mazuera llegó al ciclismo tenía más de veinte años, por eso nunca tuvo aspiraciones –ni ilusiones– de llegar a ser profesional y nunca tuvo que enfrentarse a los problemas titánicos que implica conseguir patrocinio o reunir dinero para ir a una competencia al otro lado del mundo. Él era un ingeniero de sonido con una compañía de producción de jingles para publicidad que hacía ciclomontañismo por hobby. Sin embargo, un día, un profesor de ciclismo de Zipaquirá le presentó a cuatro jóvenes que entrenaban con él: Brandon Rivera, Jonathan Sotelo, Diego Vázquez y un chico de 13 años llamado Egan Bernal.
Le bastaron un par de salidas a montar con ellos para decidir que aunque no tenía ni idea de deportes, iba a apoyarlos en sus carreras.
Con Mezuena Producciones, su compañía, empezó a promocionar un equipo de ciclomontañismo: “Llevaba a los niños a las carreras, teníamos uniformes propios y nos involucrábamos con sus familias para apoyarlos un poco más”, recuerda Mazuera. En Egan Bernal siempre vio mucho potencial, por lo que decidió jugársela en grande: para el mundial de ciclomontañismo de Noruega, en el 2014 convenció a su papá de que pusiera la mitad del presupuesto para el viaje. “Nadie tenía expectativas de nada, muy poca gente conocía a Egan, pero fuimos y llegamos con una medalla de plata”, recuerda. “Fue una celebración increíble: rematamos comiendo pizza, pero como no teníamos plata, Egan tuvo que llevarme en el manubrio de la bicicleta de regreso al hotel”.
En julio, después de endeudarse y de lograr acreditarse como “prensa” gracias a un amigo, Pablo siguió a Egan Bernal por todas las carreteras de Francia. Antes de salir para el Tour, Egan le había dicho: “No sé qué va a pasar, pero yo estoy a mi tope como nunca. Yo creo que aquí pueden pasar grandes cosas”. Por eso, cuando Pablo Mazuera lo vio con el maillot jaune, sabía que él sería el campeón. “Ya en el punto de tener la camiseta amarilla, quitársela era una cosa muy berraca. ¡Ese pelado se entrenó para ganar!”.
FOTO: MAURICIO LEÓN
REVISTA DONJUAN
EDICIÓN 150 - AGOSTO 2019
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