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Historias

CARLOS QUEIROZ: EL AFRICANO

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La historia de Carlos Manuel Brito Leal Queiroz empieza en un país que ya no existe, entre las primeras ruinas de un imperio que se desvanece. Su lugar de nacimiento es Nampula, una ciudad que hacía parte del Estado del África Oriental Portuguesa, las Provincias Ultramarinas del Portugal colonial que hoy, ya independientes, llevan el nombre de Mozambique. Fue allí donde conoció el fútbol y donde se obsesionó con la pelota. Lo suyo, en ese entonces, era el arco, tanto que durante seis años, desde que tenía quince, lo defendió portando los colores del Ferroviario de Nampula.
De la paciencia de los porteros le quedó esa mirada aguda, ese análisis pausado que marca su estilo como entrenador.
La guerra civil que estalló en 1964 y la guerra de independencia de 1975 hicieron que el arquero del Ferroviario buscara refugio en Lisboa, la metrópoli del imperio que desaparecía. Luego de realizar varios estudios universitarios, todos relacionados con el deporte, llegó su momento de debutar: en 1989 lo nombraron técnico de la selección sub-20 de Portugal, con la que ganó el campeonato mundial en 1989 y 1991. Eran los primeros pasos de una generación de oro: Figo, Rui Costa y Couto, solo por mencionar algunos. Pasó a la selección de mayores y consiguió su primer gran fracaso: no clasificó al mundial de Estados Unidos en 1994.
Entonces, como a todos los técnicos, le llegó su época de peregrino. Dirigió clubes en Portugal, Estados Unidos y Japón, clasificó con Suráfrica al mundial del 2002 y fue el asistente estrella de Sir Alex Ferguson en el Manchester United de Cristiano Ronaldo, otro de sus legados. Llegó también a los últimos tres mundiales, primero con Portugal y luego con Irán (2014 y 2018), y ahora aceptó la nada fácil tarea de mantener la racha que dejó el ‘profe’ Pekerman en la Selección Colombia. Esto mientras cultiva otra de sus pasiones, proteger troncos y animales; es bien conocida su faceta de fundar y promover reservas naturales en Mozambique.
REVISTA DONJUAN
EDICIÓN 144 - FEBRERO 2019
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