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Viaje a Las Vegas con DONJUAN y Chevrolet Camaro

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¡Los lectores de DONJUAN pueden ganarse un viaje a Las Vegas para vivir una experiencia llena de potencia con Chevrolet! Para participar solo hay que seguir tres pasos: 
1) Leer la nueva edición de la revista DONJUÁN, con Ana Sofía Henao en portada, y conocer la historia del Chevrolet Camaro. 
2) Registrarse en esta página
3) Publicar un tuit en su cuenta de Twitter, con la etiqueta #QuieroViajaraLasVegasConChevrolet, contando por qué quieren ir a Las Vegas con DONJUAN, Chevrolet y W Radio.
El viaje será del 15 al 19 de junio. Los participantes deben tener pasaporte y visa estadounidense vigente y permiso de conducción. Conozca todos los términos y condiciones aquí.
Una parrilla frontal angular y afilada, una carrocería que parecía, al mismo tiempo, elegante y agresiva, un corte trasero que incluía una curva para dejar al descubierto la mayor parte de las llantas –un gran detalle en el momento de calentar los cauchos justo antes de una competencia de cuarto de milla– y un inmenso motor V8 de 6,5 litros bajo el capó con 375 caballos de potencia. Era el 28 de junio de 1966 y en un hotel de Detroit se reunieron casi 200 periodistas de todo Estados Unidos para ver el proyecto ultrasecreto de General Motors, que hasta ese momento había sido llamado, simplemente, XP-836. Sin embargo, ese día, el proyecto tuvo un nombre:
–¿Y qué significa Camaro? –preguntó uno de los periodistas.
–Es un animal mítico –respondió uno de los ejecutivos de Chevrolet–. Un animal pequeño y rabioso que se devora a los caballos salvajes, a los mustangs.
Durante dos años, el diseñador Henry Haga y su equipo de diseño habían trabajado para lograr un carro tan poderoso, rápido y agresivo como el legendario Corvette, pero que también sirviera para que los jóvenes universitarios de la época pudieran salir a dar un paseo y lucir todo el estilo de un carro deportivo. La respuesta fue lograr un look limpio, minimalista, que reflejara el espíritu práctico del carro, pero que, al mismo tiempo, insinuara el poder que iba a guardar en el motor: por eso, por ejemplo, la curva pronunciada que recubría las llantas traseras y que gritaba “velocidad”.
Un Camaro ZL1 de 1969, uno de los modelos icónicos de la primera generación.
Tres meses después de esa rueda de prensa, el Camaro salió al mercado: la versión básica tenía un motor de 6 cilindros en línea de 3,8 litros y 140 caballos de potencia, mientras que la especial Z/28 –diseñado para competencias– con un motor V8 de 4,9 litros podía alcanzar 290 hp y una velocidad máxima de 225 km/h. Era un carro que encarnaba el espíritu de los muscle cars y no tardó en demostrarlo: en 1967 y en 1969, un Camaro SS –iniciales para la versión Super Sport, que contaba con un motor V8 de 6,5 litros– fue el pace car de las legendarias 500 Millas de Indianápolis. Ese espíritu, además, ha seguido presente: el Camaro volvió a comandar la carrera más importante de Estados Unidos en 1982, 1993, 2009, 2010, 2011, 2014 y 2016, todo un reconocimiento a su potencia y su velocidad.
En cada una de esas ocasiones, el Camaro ha recorrido la pista con un diseño que refleja la filosofía de la época: desde 1966, el Camaro ha evolucionado a través de seis generaciones. Cada una de ellas ha sido toda una declaración de principios. La primera generación tenía el diseño de un carro común, pero como estaba “envenenado” con toda la potencia posible, incluía detalles radicales como las ranuras de ventilación justo al lado de las llantas traseras o la parrilla inmensa que ocultaba las luces en algunos modelos de la versión SS y le añadía agresividad a su apariencia.
La segunda generación del Camaro tuvo un poco menos de potencia que su predecesor debido a la crisis del combustible en los años setenta. En la foto, un Z28 de 1970.
Después, de 1970 a 1981, llegó la segunda generación con una carrocería llena de ángulos radicales que reflejaba la tendencia de los gigantescos muscle cars de los años setenta; eran autos que se ganaban el respeto con el sonido ensordecedor de sus motores. La tercera generación, de 1982 a 1992, le apostó a una figura más aerodinámica, pero igual de agresiva, en un diseño futurista que incluía un vidrio trasero curvo y unos guardabarros que aportaban a la estabilidad del carro a alta velocidad. Y la cuarta, que se convirtió en un ícono de los años noventa y se produjo de 1993 al 2002, rompió con las líneas rectas para asumir una forma más estilizada y ligera a través de materiales como el plástico y el aluminio.
Los Camaro de los años ochenta, en especial las versiones IROC-Z, tenían un diseño mucho más futurista y aerodinámico.
Finalmente, después de una pausa de ocho años en la producción, la quinta generación fue presentada en el 2010 con un diseño fiel a la nostalgia vintage que recuperaba los detalles más llamativos de la primera generación. Y en el 2016 llegó la sexta generación, que celebraba los 50 años de este clásico con un diseño mucho más agresivo que rescata detalles sutiles de la primera generación. En Colombia se puede conseguir la versión SS, que está equipada con un potente motor V8 de 6,2 litros con 455 caballos de potencia y un sistema de suspensión magnética, que le permite adaptarse fácilmente a las calles de una ciudad o a una pista de carreras.
Los convertibles Camaro rojos de cuarta generación –como este Z28 de 1998– son un ícono de los años noventa.
Se trata, en últimas, de un linaje poderoso. El de los campeonatos de “piques” de cuarto de milla, en el que los Camaro tienen una categoría especial. El del Bumblebee de Transformers, que tomó primero la forma de un Camaro Z28 de 1977 y luego la de un ZL1 del 2010. El del Camaro convertible rojo de cuarta generación que Tyler Durden, encarnado por Brad Pitt, se roba de un aeropuerto en El club de la pelea. Y el del “pequeño Camaro” al que se refieren The Ramones en su canción Go Lil’ Camaro Go, de 1987. Una herencia con más de 50 años que recoge la potencia de uno de los muscle cars más poderosos de todos los tiempos.
En el 2002 se lanzó la quinta generación del Camaro, con un diseño vintage que rescataba detalles de la primera generación. Es uno de los más reconocidos por protagonizar la película Transformers.
SELLO DONJUAN
EDICIÓN 147 - MAYO-JUNIO 2019
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